—Hay algo… extraño en cómo estáis juntos —murmuró ella, con la frente fruncida sobre sus ojos preocupados—. Te mira de una manera… tan… protectora.
Es como si estuviera dispuesto a interponerse delante de una bala para salvarte o algo parecido.
—¿Y eso es algo malo?
—No.
Simplemente es diferente.
Él siente algo muy intenso por ti… y muy delicado—.
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